La declaración del G7 refuerza el apoyo a Taiwán y la preocupación por China

El Grupo de los Siete adopta una postura firme en las cuestiones relativas al Estrecho y critica las políticas chinas
La declaración del G7 refuerza el apoyo a Taiwán y la preocupación por China<br>

Los ministros de Asuntos Exteriores del G7 emitieron recientemente una declaración que refleja una postura más firme sobre China, particularmente con respecto al estatus de Taiwán. La declaración omitió parte del lenguaje más conciliador utilizado en comunicados anteriores, lo que destaca un cambio de enfoque.

Los ministros, durante su reunión, reflejaron una declaración conjunta reciente de Japón y Estados Unidos, condenando cualquier "coerción" dirigida hacia Taiwán. La declaración actual también incluye preocupaciones sobre la acumulación nuclear de China, un punto no mencionado explícitamente en la declaración anterior de los ministros de Asuntos Exteriores del G7 de noviembre del año pasado.

Notablemente ausentes de la declaración actual fueron las referencias a "relaciones constructivas y estables con China" y la importancia de "un compromiso directo y franco". Además, la declaración eliminó las garantías previas con respecto a la posición del G7 sobre Taiwán, incluida la política de "una sola China", así como declaraciones que enfatizaban el compromiso del grupo con el comercio global y evitar el desacoplamiento.

La declaración reafirmó el compromiso del G7 con la "resolución pacífica de los problemas a través del estrecho" y reiteró su oposición a "cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza o la coerción".

La declaración conjunta también expresó su apoyo a la "participación significativa de Taiwán en las organizaciones internacionales apropiadas".

El G7 también expresó su preocupación por las situaciones en los mares de China Oriental y del Sur de China, destacando el "uso creciente de maniobras peligrosas y cañones de agua" y los esfuerzos por restringir la libertad de navegación. Los ministros también abordaron sus preocupaciones sobre las políticas y prácticas no orientadas al mercado de Beijing, que, según afirman, están provocando una sobrecapacidad y distorsiones del mercado perjudiciales. Instaron a China a abstenerse de medidas de control de exportaciones que podrían interrumpir las cadenas de suministro.



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