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Washington, 10 de abril – Un informe reciente publicado por el Global Taiwan Institute (GTI) propone que Taiwán refuerce su gasto en defensa para abordar eficazmente las amenazas en evolución de China. El grupo de expertos también enfatiza la importancia de que Estados Unidos agilice la entrega de capacidades militares cruciales a la nación insular.

El informe, titulado "Relaciones entre Estados Unidos y Taiwán: Avanzando en los Cuatro Pilares de la Asociación Estratégica", fue publicado para conmemorar el 46º aniversario de la Ley de Relaciones con Taiwán, que estableció el marco para los lazos duraderos entre Estados Unidos y Taiwán después de la ruptura de las relaciones diplomáticas con la República de China (Taiwán) en 1979.

El análisis del GTI evaluó la evolución de la asociación estratégica en cuatro áreas fundamentales: seguridad, espacio internacional, lazos económicos y relaciones entre personas. El informe ofrece recomendaciones de políticas con visión de futuro diseñadas para mantener la paz y la estabilidad a la luz de los crecientes desafíos de China.

Con respecto a la defensa y la seguridad nacionales, el GTI recomienda que Taiwán aumente su presupuesto de defensa para facilitar la adquisición de las capacidades necesarias para salvaguardar su defensa nacional y sostener sus necesidades frente a un amplio espectro de posibles ataques y escenarios de coerción originados en China.

Sin embargo, el informe aclara que el porcentaje exacto del PIB asignado a este objetivo es menos crítico que el compromiso y la capacidad demostrados de Taiwán para responder eficazmente a la compleja y cambiante amenaza que plantea China.

Por parte de Estados Unidos, el GTI sugiere que Washington debe fortalecer su base industrial de defensa para garantizar una provisión más oportuna de capacidades militares esenciales a Taiwán y, al mismo tiempo, ayudar a amplificar las propias capacidades industriales de defensa de la isla.

El GTI también insta a Estados Unidos a mejorar las iniciativas conjuntas de planificación y capacitación con Taiwán para abordar las amenazas militares, coercitivas y de "zona gris", reforzando así la defensa y la resiliencia de la isla.

El informe afirma que el ejército y la ciudadanía de Taiwán deben, a su vez, comprometerse con preparativos más rigurosos.

Durante un foro celebrado en Washington D.C. para lanzar el informe el jueves, Brent Christensen, ex director del Instituto Americano en Taiwán, cuestionó la viabilidad de que Taiwán dedique aproximadamente el 10 por ciento de su PIB al gasto en defensa.

La idea de que Taiwán aumentara significativamente su gasto en defensa, potencialmente hasta alrededor del 10 por ciento del PIB, fue sugerida recientemente por Elbridge Colby durante una audiencia de confirmación en el Senado a principios de marzo.

"Estoy de acuerdo con el presidente Trump en que deberían estar más cerca del 10 por ciento, o al menos algo en ese rango, realmente centrado en su defensa", dijo Colby, quien fue confirmado como subsecretario de Defensa para política de Estados Unidos a principios de esta semana.

En contraste con la opinión de Colby, Christensen argumentó que no es esencial centrarse excesivamente en el porcentaje específico del PIB asignado al gasto en defensa.

Christensen, coautor del informe, señaló que el gasto en defensa de Taiwán, como porcentaje del PIB, puede subestimar las inversiones más amplias en defensa civil y resiliencia social, ambos componentes integrales de la estrategia de defensa integral de Taiwán.

El Gabinete de Taiwán asignó 647 mil millones de dólares taiwaneses (20.02 mil millones de dólares estadounidenses) para el gasto en defensa en 2025, lo que representa el 2.45 por ciento del PIB, aunque algunos de estos fondos fueron posteriormente reducidos o congelados por la Legislatura controlada por la oposición.

El Ministerio de Defensa Nacional informó a principios de marzo que se habían recortado 8 mil millones de dólares taiwaneses del presupuesto de defensa de este año, con 90 mil millones de dólares taiwaneses adicionales congelados.

El presidente Lai Ching-te (賴清德) se comprometió posteriormente a proponer un presupuesto especial para elevar el gasto en defensa a más del 3 por ciento del PIB, aunque esto también requiere la aprobación legislativa.