Taiwán lucha por liberar a los nacionales atrapados en las tramas de fraude de Myanmar

El MAE se esfuerza por rescatar a 235 ciudadanos taiwaneses explotados en estafas de telecomunicaciones en Myanmar
Taiwán lucha por liberar a los nacionales atrapados en las tramas de fraude de Myanmar<br>

Taipéi, 23 de marzo - El Ministerio de Relaciones Exteriores (MOFA) de Taiwán está trabajando activamente para asegurar la liberación de aproximadamente 235 ciudadanos taiwaneses actualmente atrapados en Myanmar y obligados a trabajar para operaciones fraudulentas, tras la repatriación exitosa de 203 ciudadanos.

Lin Hung-hsun (林宏勳), Subdirector del Departamento de Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico del MOFA, reveló el viernes que el gobierno taiwanés ha emitido repetidas advertencias a sus ciudadanos, instando a una mayor vigilancia debido a la prevalencia de informes sobre personas obligadas a trabajar para redes de fraude telefónico.

Desde 2022, el MOFA y su oficina en Myanmar han sido inundados con llamadas de asistencia de ciudadanos taiwaneses y sus familias. Estos individuos fueron atraídos a Myanmar con la promesa de lucrativas oportunidades de empleo, solo para ser obligados a participar en actividades fraudulentas, según Lin.

El MOFA ha gestionado solicitudes de asistencia de un total de 438 ciudadanos taiwaneses varados en Myanmar. Hasta la fecha, 203 han sido devueltos a Taiwán de manera segura.

Lin explicó que los esfuerzos de rescate se complican por la ubicación de los "centros de fraude", que están situados cerca de la frontera entre Myanmar y Tailandia, en regiones controladas por grupos rebeldes armados. Establecer contacto con estos grupos plantea un desafío significativo para los diplomáticos.

En consecuencia, el MOFA está colaborando estrechamente con ONGs internacionales y grupos de la comunidad china étnica en Myanmar. Esta colaboración tiene como objetivo recopilar información sobre los individuos taiwaneses obligados a trabajar en los centros de fraude y facilitar su escape.

Lin indicó que estos centros de fraude son principalmente gestionados y operados por ciudadanos chinos. Además, individuos de Vietnam, India, Sri Lanka y Japón también se encuentran entre los obligados a trabajar para estas organizaciones criminales.



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